La fiera más feroz y la criatura más mansa

Un hombre entró curioso por el letrero que había en la puerta de una tienda de animales:

"Se vende la fiera más feroz del universo y se regala a la más mansa".

Al entrar, vio un tigre de bengala, con sus rayas color blanco, negro y naranjas; con su cuerpo imponente y una enorme cabeza, con sus dos colmillos como grandes puñales capaces de partir a un hombre de una sola mordida.

Inmediatamente pensó que esa era la fiera más feroz del universo, pero le llamó la atención que la jaula del tigre estuviera abierta y un perro chihuahueño comiera de su plato. Al girar su cabeza, el hombre vio una jaula con grandes cadenas y gruesos barrotes con un cercado de alta tensión que la rodeaba, y un gran letrero que decía:

"Peligro de muerte, no te acerques. He aquí la fiera más grande del universo".

Al mirar por entre los barrotes, vio la delgada figura de un conejo que, al oler al hombre, empezó a aventarse de un lado a otro y a tirar rasguños, mordidas, chillidos con tal ímpetu que lo hizo correr hasta la calle.

Desconcertado y asustado, el hombre regresó y le preguntó al encargado:

- ¿Por qué el tigre de bengala, que es el más peligroso que el conejo, está echado con la cabeza baja y con la puerta abierta, con un perro chihuahueño comiendo de su plato y este no le hace nada? ¿Y por qué el conejo, que es manso y dócil, está en esa jaula con esos barrotes tan gruesos, con esas cadenas y con esos alambres de alta tensión?

El encargado sencillamente respondió:

- ¡VALOR! ¡CORAJE!

- ¿Valor? ¿Coraje? - preguntó el hombre, intrigado.

- Si. El tigre lo ha perdido, y lo ha dejado ir en un respiro. Pero el conejo... lo ha ganado en un respiro. Ahora el tigre es el conejo; y el conejo, el tigre.

Al salir de la tienda, el hombre reflexionó sobre los dos extraños animales, pero entendió que lo mismo le pasa a muchos hombres y mujeres.

"El coraje se va junto con el valor cuando dejamos de luchar".

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